Estructuralmente presenta dos cambios muy marcados, evidenciando el paladar blando, el cual presenta una mucosa de revestimiento, características que comparte con la región ventral de la lengua, el piso de la boca, los procesos alveolares y las encías, ya que estas son zonas en las cuales el tejido no se ve afectado de manera significativa por las acciones mecánicas de la masticación (Carnio & Hallmon, 2005). La otra región del paladar, también denominado paladar duro, presenta un epitelio de masticación, el cual se ve afectado por el desgaste, fuerzas de compresión y abrasión del proceso de masticación, lo que hace que esté presente queratinización, esta región de la cavidad oral se encuentra estrechamente relacionado con el periostio del tejido óseo (Salazar & Moreno, 2016).